¡Muchachada!
Aquí sigo, en la sombra. La verdad es que después de escribir esta última entrada en la que relataba lo terrible aquella semana había sido vino... Otra semana terrible. Calcada, idéntica y horrible.
Supongo que tengo derecho a tener algún bajón, aunque éste se haya prolongado más de lo que me gustaría. Digamos que me invadió una frustración al verme, de repente, subir en la báscula, haciendo deporte y sin haberme llegado a pasar con la comida -tampoco cuidándola, todo sea dicho-. Vale, que estoy poniendo el grito en el cielo por algo que igual no es tan apocalipsis como lo parezco insinuar, que sigo en el entorno de los 74kg. -gramo arriba, gramo abajo-. Pero después de tirarme más de la mitad del año bajando y bajando, el estancamiento me jode importuna más de la cuenta.
Aunque viéndolo desde otro punto de vista, y siendo honesta, he de contar las cosas como son: sí, me he estancado, pero no he puesto todo lo que hacía falta para salir de ahí. En esta última semana he vuelto a dejar de lado la planificación de las comidas, algo que ha sido trascendental todos estos meses y que, por un motivo que sólo el altísimo sabrá, dejé de hacer de repente. Todos conoceréis el círculo vicioso en el que entré: subo de peso, me esfuerzo, hago deporte, correr da hambre, como, como, subo de peso, me esfuerzo, hago deporte, correr da hambre... Y claro, a ver quién es el guapo que llega a buen puerto haciendo tal cosa.
La semana pasada incluso dejé de lado el peso porque volví a estar muy enfadada conmigo misma y eso lo único que iba a conseguir era enervarme aún más. Y no queremos eso. Que yo soy de las que buenas a primeras te tira básculas por la ventana.
¡Pero se acabó todo! Para esta semana ya decidí de-verdad-de-la-buena-buena poner fin al diabólico círculo. No puedo dejar que el hambre dirija mi vida, porque a saber dónde me podría llevar eso. Como bien puse de título -que se lo debo y dedico a Matrioska, por cierto, me encantó jajaja-: el hambre es sólo mental. Y he podido con cosas peores. Así que ayer me puse manos a la obra: volví a mi plan de comidas -MyFitnessPal is back- y ahora todo parece marchar un poco mejor. Tampoco quiero cantar victoria, que después dicha victoria vuelve en forma de hostEJEM.
Volveré a escribir más aquí, pero tampoco puedo prometer nada diario, ya que la semana pasada empecé a ir a la Universidad de nuevo -¡vivaaa!- y tengo menos tiempo: entre los trabajos, ir a clase, las cosas de la casa, hacer deporte... Otra cosa no, pero polivalente soy una jartá -como dirían aquí-.
Mañana por la mañana me paso a ver qué hacéis con vuestra vida y a ver si lo habéis estado haciendo mejor que yo (que no es difícil, por cierto). Os agradezco muchísimo vuestros comentarios, ¡que sois el majismo hecho blogger!
Besetes y cuidaos del otoño.
Noa.