Mi rincón... –vale, no, el mío es tan mono– |
Ay, salvadme. Porque sí, ya están aquí, no se han hecho esperar, inevitables y a veces también impredecibles, son... LOS EXÁMENES. [rayo y trueno terroríficos]. Ahora estoy aquí, mientras se hace el estofado que me pienso meter entre pecho y espalda en breves –porque yo lo valgo– pero en un rato vuelvo a la condena. Hasta el 12 de febrero pringada, amigos.
¿Que cómo voy? Bueno, en las vacaciones engordé mis dos kilillos navideños de rigor, como ha de ser, pero fue volver a mi rutina –la primera semana con cierto esfuerzo, si os digo la verdad, después de las sobredosis de azúcar– y volver también mi peso normal.
Esto es algo que ya he mencionado alguna vez, que mi cuerpo empezó a
hacer hace poco: recuperar el peso normal después de una época de
excesos, sin demasiado esfuerzo. ¿Cómo? No me cansaré de repetirlo: NO haciendo dieta,
sino habiendo cambiado de hábitos y bajado de peso lentamente. Punto. No hay más. Mi progreso ha sido un
kilo por mes de media, y no he vuelto a
recuperarlos, y la verdad es que este cambio fue posible gracias a mi querido brisanorte.blogspot...
Hace poco me acordé del blog, así, de repente. Más concretamente el 18 de enero, día en el que hizo exactamente un año del comienzo de este rinconcito virtual. Uno de mis grandes triunfos de 2015, sin lugar a dudas. Gracias a este pequeño espacio hoy soy una persona distinta a la que era hace un año: más consciente, más responsable, más feliz. No sólo porque gracias a estar aquí he perdido casi doce kilos -pero para qué os voy a engañar, eso MOLA TAMBIÉN-, sino porque me he mantenido fiel a mí misma, perseverante, consciente y, sobre todo, sana.
Para repetirme un poco más, y como si de un discurso de agradecimiento de los óscars se tratara, me gustaría hacer un pequeño homenaje a todas esas personitas que han entrado a leerme, animarme e incluso a regañarme cuando me veían obsesionarme más de la cuenta
Hoy, a pesar del sedentarismo producido por esta ajetreada vida académica (?), me considero una persona sana, que no se obsesiona, que come de todo, y que puede decir orgullosa que va dejando su trastorno alimenticio cada vez más atrás.
Como dije en mi primera entrada, el objetivo de este blog era conseguir ordenar mi vida y mi mente. Y así ha sido –al menos en parte, que tampoco he perdido mi caos natural–. Voy a continuar viniendo, pero no como persona que necesita perder peso, sino como persona que busca una vida cada vez más saludable.
Eso sí, K.O. hasta el 12 de febrero.
Y ya está, que Shakespeare me llama.
Os quiero leer felices.
Besos,
Noa.