miércoles, 26 de agosto de 2015

Vacaciones

¡Holita! ¿Cómo siguen esos cuerpos serranos? He vuelto sólo para decir que no voy a volver aún, jajaja. Así soy, un enigma (?). Me vi con un ratito libre, leyéndoos para ver qué tal íbais todos y dije: "venga va, una entrada cortita"
No voy a hacer el gran análisis de la situación actual, pero sí os diré que estoy disfrutando del verano como un cachorro. Disfrutando un poco de todo, de mi familia a la que estoy viendo este mes un poquito más, de mis amigas a las que no veía hace muchísimo, de mi chico al que ahora le han dado por fin vacaciones y, por último, y en este caso por ello menos importante, de la comida.
Estoy en un vaivén continuo, estas semanas no he dejado de encontrar planes que hacer, gente a la que ver, fiestas a las que ir... Y en todo esto lo único que me ha cohibido un poco ha sido mi escaso poder adquisitivo, ni hablar de perderme planes por estar en proceso de perder peso, ¡de eso nada! Que tengo 24 años, si no hago estas cosas ahora, no sé qué otro mejor momento tendré.

Claro, a todo esto tenía que buscarle algún tipo de arreglo, ya que con esa cantidad de comidas locas iba a llegar a septiembre siendo un cachalote. Y así, sin pensarlo mucho, me vi de repente hecha una deportista. Vale, igual no tanto, pero hoy salí a correr por tercera vez en una semana a correr con mi chico y ya tengo ganas de volver. Aguanto poco, un par de kilómetros, pero hacemos un total de una hora, y de ahí, media hora me la paso corriendo -veinte corriendo, ando un poco y corro otros diez, no os creáis que voy del tirón porque todavía me queda, pero tenedme fe-. La verdad es que me pico muy fácilmente conmigo misma, y aunque lo haya pasado mal, tengo ganas de volver a salir sólamente para superar lo que hice hoy. 
Yo, el primer día corriendo.
Aparte están nuestras rutas en bici de los fines de semana, en las que hacemos unos 20 km. como ya os he comentado otras veces. Por lo que, saliendo tres veces a la semana a correr y los fines de semana dos horas de bici, comiendo básicamente lo que me plazca en cantidades razonables... Me mantengo en unos estupendos 74 kilos, oh yeah
He subido, sí, un kilo y medio, pero tendré todo el tiempo del mundo para volver a bajar todo lo que tenga que bajar. Todavía estoy en un peso normal para mi estatura, no sufro de sobrepeso desde que dejé atrás la época de los 77 kg., por lo que, mientras no vuelva allí, todo estupendillo.

En fin, ya os haré una entrada más exhaustiva sobre la actividad física a la que intento por ahora acostumbrarme. El lunes salimos para pasar la semana en Cabo de Gata y mis zapatillas se vendrán conmigo para explorar los acantilados y correr un poquito por la playa -aparte de tirarme a la bartola y comerme mi peso en helados, claro-. ¡Muero de ganas!


Os leo desde el móvil, no puedo comentar, pero os vais a enterar cuando vuelva.
¡A empezar septiembre con buena pata!
Besete,

Noa.


PD: sigo pensando que correr es de cobardes.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Modo relax.

¡Holita!
Sí, que hacía mucho que no desaparecía y parece que lo echaba de menos. He estado una semana en el pueblo con mi familia y amigos, y creo que hacía tanto -taaaanto- tiempo que no tenía una semana tan movidita. Eso sí, tanto en el buen, como en el mal sentido. No os lo voy a contar todo, porque no me da el blog, pero la semana comenzó con la desaparición de una de mis mejores amigas, con todo lo que ello conlleva. Finalmente, después de un dispositivo policial de la hostia tremendo, la pudimos encontrar -estaba escondida, todo un culebrón: cuernos, rupturas,... etc.- y todo terminó más o menos felizmente.
La semana entera ha girado en torno a ese hecho, el grupo de mis amigas íntimas es bastante grande, por lo que este hecho desafortunado al final llevó a que nos pudiéramos reunir las nueve -cosa que ocurre por lo visto tras coincidir dos lunes llenas en mismo mes, es decir, cada tres o cuatro años-. Esto nos llevó a vernos casi todos los días entre unas cosas y otras, con las cañas y tapitas que eso conlleva. 

Aparte de eso ya recordaréis lo que os comenté, la mudanza. La custodia de mi hermano, mi abuelo y mi perra pasa ahora a mi madre -hasta ahora vivían con mi padre-, por lo que hubo que hacer este maxi-traslado. Si bien es triste para mi padre, creo que es algo positivo para ellos, ya que él siempre ha sido más laxo y desorganizado, por lo que mi hermano estaba ahí a su bola. Mi madre, por otro lado, es una persona mucho más organizada y pone unas normas muy claras para vivir en su casa -a veces es un poco cansina, pero en fin, como toda madre-. Esto les va a llevar a cuidar más su alimentación y, a mi hermano, a estudiar.
Con todo y con eso, hace seis meses hubo un cambio sustancial en mi hermano: el día siguiente a su cumpleaños dijo hasta aquí, desde entonces empezó a ir al gimnasio y a cuidar su alimentación como nunca antes lo había hecho -literalmente, no lo había hecho nunca-. Comenzó pesando 115 kg., hoy pesa 88kg. Es decir, una barbaridad. Ya está en un peso normal para un chico de su estatura -mide 1.91m. el animal-, pero él sigue deseando estar más sano y mejorando en el deporte. Hoy en día, mi mayor inspiración y referente es mi propio hermano. Mis diez kilos al lado de sus veintisiete quedan ridículos, jajaja.

En fin, lo más probable es que haya subido algún kilo que otro, pero que no preocupa en exceso. Es complicado cuidar la alimentación cuando la rutina es algo esporádico -por muy contradictorio que parezca-; y esto es el verano. Surgen planes, la gente se relaja y en casa no se puede estar. Este mismo fin de semana me invitaron a la feria de Málaga, por lo que el fin de semana será de todo, menos comedido. En dos semanas, a mi novio le dan 15 días de vacaciones, y ahí también os imaginaréis cuánta comedición habrá.
Repito, no me preocupa. Cuidaré los días en los que tenga tiempo para mí, y en esos serán en los que venga al blog a contaros -hoy, por ejemplo-. El resto, me dejaré llevar, porque he dejado atrás el sobrepeso y ya soy una persona con un peso normal. ¿Que me gustaría pesar menos? Claro, pero no por eso voy a dejar de disfrutar el momento. La comida es también parte de nuestra vida, y si disfrutamos comiendo: por algo será

Por cierto, Amelia, esta entrada va por ti, que decías que te daba vergüenza entrar en los blogs de los que siguen siendo constantes... Pues mira, jajaja. 

Seguiré volviendo, amigos.
Cuidaos, que este calor deshidrata.
Besis,

Noa.

domingo, 2 de agosto de 2015

Be sport, my friend

¡Holita!
¿Qué tal? ¿Cuánto habéis sudado hoy? No sé vosotros, pero yo he sudado la gota gorda en este precioso gran horno llamado Andalucía. Hoy termina un fin de semana en el que el deporte y las celebraciones han sido protagonistas.
Por un lado, ayer celebramos mi chico y yo un año viviendo juntos, por lo que os podréis imaginar que, como ha de ser, he pecado -con mi consentimiento-. Hicimos exactamente lo mismo que un año atrás: irnos al Albaycín -que subir tiene su deporte también- a un restaurante precioso, a comernos una fondue extra-engordante y a tomarnos una copa. Nos clavaron 50 euros, pero viendo el atardecer así, os digo que vale la pena:
El Carmen del Agua.
Por otra parte, no os vayáis a pensar que con la excusa del calor hemos dejado este fin de semana de hacer deporte ¡Sólo faltaría! -sí, amigos, deporte y yo: juntos-. Al haber pasado ya mes y medio de su operación, a mi chico finalmente le han dejado empezar a hacer ejercicio. Así que ayer, con todo el mono del mundo, cogimos nuestras bicis y fuimos a un pueblo vecino que estará a unos 10 kilómetros. Desayuno y vuelta, en total 20 kilómetros y una tostada con tomate cuya energía fue totalmente amortizada.
Algo que me llamó particularmente la atención fue que no me cansé ni un poquito tras un mes sin hacer cardio ni un mísero día. Vale, que el recorrido no es que sea muy abruto: es una subida ligera, pero constante durante los 10 kilómetros. Digo que me llama la atención porque la primera vez que hice esta ruta, a mitad de camino estaba echando el hígado por la boca, e incluso era incapaz de hacerla entera. ¿Por qué no he echado ningún órgano vital por la boca si llevo un mes sin coger la bici ni salir a correr? La única respuesta que se me ocurre: las sentadillas.
No sé si recordáis el desafío que os planteé en aquella entrada, pero continúo aún hoy con él. Mañana empiezo la tercera semana, y si bien es verdad que es asequible, guarda cierta dificultad... Y eso me gusta. Estoy muy contenta con él, creo que fue una muy buena idea empezar: siento las piernas más fuertes y, como os dije, he llevado la bici mejor que nunca. Y no va a ser cosa de un mes, ya que todavía tengo otros dos desafíos que completar. ¡Os mantendré al tanto!

Pero vamos al tema más mainstream de todos(?): el peso. El viernes la báscula dijo que esta semana había perdido 1,1 kg., por lo que ya peso 72,5 kg., así que sólo me quedan setecientos gramos para llegar a los 10 kilos perdidos en siete meses.
Es curioso porque a veces me miro al espejo y olvido cuánto he conseguido, me veo gorda, incluso estando en un peso totalmente normal para mi estatura. Sin embargo, esto va cambiando, cada día me veo mejor y me aprecio un poquito más, y eso es al fin y al cabo el objetivo último de este blog.

Mañana toca ir al pueblo durante quién sabe cuántos días, por lo que no puedo asegurar poder pesarme esta semana -al menos no en mi báscula, que ya no me fío de nada más- . Deporte voy a hacer, que tenemos mudanza, así que no hay que preocuparse por eso, jajaja.


Seguiré escribiendo desde la profundidad de la provincia de Córdoba.
Cuidaos y no os acerquéis mucho al ventilador,
Besetes,

Noa.