lunes, 23 de marzo de 2015

Fin del invierno

Jerséys de hombro caído. Amor eterno de invierno.
Peeeero para mí el invierno terminó ayer, que hoy luce un solazo que madre mía. Ains, un tiempo ya sin pasar. El descontrol podría haberse apoderado de mi vida de forma aterradora... Pero no lo ha hecho. Jajaja. Vale, algún día de descontrol ha habido y más teniendo en cuenta que mi fin de semana empezó esta vez el jueves. Os digo que me he portado más o menos bien igualmente, ¿eh?

El peor día fue el miércoles. La semana entera fue terrible en Granada -meteorológicamente hablando-. Sin poder salir, sin mucha motivación para nada, se me presentó el miércoles. La soledad no es algo que me agrade. Está bien tener momentos puntuales, como ahora son las mañanas, para mis cosas, pero en general me gusta y disfruto de la compañía. El miércoles mi novio se fue directo del trabajo a una jam de poesía y yo aquí, viendo la Champions. Ganó mi Barça, sí -tenía que decirlo-, pero verme sola a la hora de cenar y los tres días de encierro y desmotivación que llevaba a mis espaldas, me llevaron al peor desenlace: un atracón y su posterior consecuencia. Es la segunda recaída que tengo este año, y bueno, tenía que pasar. Llevo ya más de año y medio de recuperación y todavía puedo contar mis recaídas con los dedos de las manos. No voy a darle más importancia, ahí queda. Preocuparme de que no vuelva a pasar y ¡p'alante!

El jueves fue día de amigas. Hacía mucho que no las veía, ellas tienen sus vidas académicas y sociales, y yo soy un tanto exagerada en mi filosofía de molestar lo menos posible a todo el mundo. Esto se ve reflejado en mi vida social, que no es tan prolífica como me gustaría. El día de amigas derivó de una felicitación de cumpleaños, me invitaron y yo fui contenta. Con botella de vino, claro. Fue noche de charla, de risas, de música. Ni me planteé controlar la alimentación aquel día, sólo disfrutar. Cayó alcohol, sí, pero mi peso oficial reflejó 400 gramos menos. Contenta, claro, y con unas ganas irrefrenables de ver ya un 77, jajaja. Ya llegará.

El alcohol, por cierto, no lo veré en una temporada: este viernes me dio una infección de orina. Por tercera vez. Estoy muy harta, ¿eh? Les tengo una tirria a las cistitis que no os imagináis, el verano pasado me tuvieron que ingresar y todo por resistencia al antibiótico. Ahora antibióticos durante una semana y nada del alcohol, consecuentemente. En verano no sabéis lo que me costó no beber, y ahora lo hago sin problema alguno. Hay que ver cómo he madurado... Jajajaja.

Asunto deporte: cada día tengo más ganas de salir a correr o a hacer algo. Todavía lamentablemente tengo la espalda mal, me hicieron una radiografía y el miércoles tengo cita con el médico... Otra vez. También estoy muy harta de ir al médico. ¡Quiero hacer vida normal ya! Estoy con una rutina de ejercicios para el tobillo -desde el esguince no ha vuelto a ser el mismo- para poder hacer carrera, aunque sea en llano y unos pocos minutos. Me gustaría salir a correr con mi gordo, que en compañía se va mejor. El pobre está malito, así que esperemos que para final de esta semana podamos salir juntos.

Y hasta aquí, que me extiendo en mi cansineo. En el finde he comido lo que me ha dado la gana pero en su justa medida, para variar.

¡Ah! Que conste que no escribo, pero que os leo, ¿eh?
Besos.

Noa.