jueves, 5 de marzo de 2015

Semana de cambios

Bueno, tanto, tanto no ha cambiado las cosas, pero sabéis que soy muy dada al drama. Entre el peso, que estoy malita, la regla, los festejos... Os cuento.
Empecemos por el lunes de las alegrías. Dado que mi fin de semana se alargó desde el jueves al domingo, fui a pesarme con todo el miedo del mundo. Señoras, en la pantallica de mi báscula de las chanclas apareció un 79,8. Lejos de ponerme a pegar saltos de alegría, lo primero que pensé fue que la nueva, la conocida como báscula de las chanclas, me estaba engañando. No estaba tranquila. Un rato después, mientras ordenaba el armario, encontré unos pantalones que intenté ponerme en Nochevieja y que, para mi desgracia y mi sorpresa, me quedaban bastante pequeños. Pequeños de salirse las lorzas por todos los lados, una tragedia. Para ver si la báscula me la había metido doblada, desenfundé esos pantalones que, pesando menos de 80, tenían que quedarme bien a la fuerza -en Nochevieja pesaba casi 83-. Y alegría, alegría, me estaban tal cual el día que me los compré, y las básculas pueden fallar, pero la ropa no, y menos los pantalones.
Aparte de mis particulares victorias con el peso y la ropa, mi novio me dio otra alegría al llegar de la oficina: le van a hacer un contrato en su empresa -hasta ahora era autónomo-. Fue una noticia buena de las de verdad, y es que él se lo merece más que nadie porque no puede ser más trabajador y estar más comprometido con su trabajo. Claro, quería hacer cenita para festejar, por supuesto. Y obviamente yo no le iba a decir que no: cenamos jamoncito del bueno y una copita de vino. Con todo el gusto del mundo.
Sigamos con el martes rojo. Diréis, ¿rojo de sangre? Pues sí, jajaja. Pero nada de asesinatos ni muertes, sólo la visita mensual. Fue un día realmente malo, mucho dolor, empecé además con el dolor de cabeza/garganta con el que aún hoy sigo y me dio la ansiedad reglosa que me llevó a comerme una tableta de chocolate. Sí, la tableta entera. Ahí, en negrita, que se vean bien mis vergüenzas, jajaja. Joer, qué ansiedad me dio, pero eso sí, lo compensé con la cena y la verdad es que desde entonces vengo haciéndolo súper bien. A ver cómo responde mañana la báscula marichancla. Qué nervios.

He pensado en empezar a medirme para ver los progresos y además ir haciéndome fotos. Ahí, un book bueno del desvanecimiento de la grasa, jajaja. La verdad es que la báscula puede ser engañosa, pero como dije antes, lo que no engaña es la ropa y, consecuentemente, tampoco las medidas. En general, me cuesta bastante ver mis progresos. Eso sí, tengo suerte de que la grasa se me reparte "bien". Si bien se me acumula gran parte en las caderas y el culete, al ser bastante alta, se me nota menos.
Una cosa curiosa es que cuando empiezo a bajar de los 80 yo sé bien lo que pasa: empiezo a perder pecho *chan chan chan*. Sí, es donde más empieza a notárseme -¡maldita sea, cuerpo!-. Y ya de 75 para abajo se me estabiliza el pecho y empiezo a perder más de los otros sitios. Para que veáis que ya me conozco jajaja. Lo bueno es que tengo ropa para prácticamente todos "mis pesos". Cuando llegue a 77, tengo otros pantalones que ya sé que me van a estar bien. Y así hasta los 65, jajaja. Es un estímulo, ya que sé que empezaré a tener cada vez más ropa disponible *-*. Quiero llegar al verano con como mucho muchísimo 75kg. No quiero pasar otro verano pesando más de 80 y tapándome con la toalla -así soy-.

Voy a intentar escribir más seguido, que esto no puede ser, casi una semana sin venir. Me estoy portando bien igual sin tanta necesidad de tener que pasar por aquí, pero hacer esto me desahoga y me hace bien. Ahora tengo un cuadernito rojo en el que apunto todo, que también me ayuda un montón, pero estaría bien combinar las dos cosas. Ya que en mi cabeza no consigo organizar mi vida, necesito ayudas externas. Todos tenemos nuestros límites, la clave es encontrar cómo reforzar estos puntos débiles y mejorar; y en eso estoy, oye. ^^

Os leo y cuidaos.
Besos.

2 voces:

Poli dijo...

Me da mucho gusto que esa báscula no te mintiera, la que tengo en casa es un maldito desastre, a veces me dice mas, a veces me dice menos y cuando me dice la verdad no se que creer jajaja que bueno que vas bien, yo también tengo ropa para todos mis pesos, pues he pasado por varias tallas a lo largo de estos años y me alegra mucho el logro de tu novio... Eso siempre debe festejarse por mucha dieta que haya. Un beso bonita

Esther dijo...

alaa con la marichanclas...ha venido fuerte no? jajaja. Y qué vas a haceeer por que no puede ser que te pese mal!!! Hace mucha ilu cuando puedes meterte unos pantalones que antes no te iban...es genial. Briiiii yo tengo que comenzar ya en serio por que me veo con la toalla puesta...y este año no quería...pero últimamente es que se me está haciendo más cuesta arriba no sé por qué. Un beso enorme preciosa y sigue así de bien. Por cierto, felicidades por el cambio laboral de tu chico. La estabilidad siempre viene bien!!!!