martes, 12 de mayo de 2015

Días eternos

Venía convencida a deciros que había pasado el tiempo y no había tenido un hueco para pesarme, y parece ser, ahora que lo he pensado mejor, que venía a mentiros descaradamente. El día de mi cumpleaños -el jueves- pude pesarme y salió un 76,8 kg. Nada mal, ya sabéis lo que digo siempre, sin embargo, un problema inesperado aparecería el viernes, un problema que me haría tambalear.
Al llegar a casa, me encontré a mi novio tirado en la cama, con fiebre y dolor abdominal. Yo histérica, por supuesto, y a pesar de no haberlo podido convencer en el momento para ir a urgencias, al día siguiente aparecería su madre para cogerlo de los pelos y llevarlo a rastras al hospital. Él sufre Crohn, una enfermedad crónica. Tras cinco años desde su diagnóstico era la primera vez que sufre un brote. Tampoco nada mal.
Os podéis imaginar que el fin de semana y hoy han sido un ir y venir incontable de casa al hospital y viceversa. Él está mejor, ingresado en una habitación para él solito y con un color que ya ni se acerca al color amarillo-transparente con el que llegó el sábado a las urgencias.

Ya veis que mi convencimiento de que tenía que venir a deciros que esta semana no me había podido pesar está más que fundamentada, y es que este fin de semana para mí ha durado una eternidad.
Os engañaría si os dijese que me lo he tomado con calma: la ansiedad ha estado bastante presente. Mis suegros han querido intercalarse para pasar la noche con él en el hospital, por lo que yo he estado viniendo a casa. A mí esto de estar aquí, sola con la incertidumbre, me desespera. Ellos me dicen que venga a casa, que me relaje y descanse, pero eso es lo último que consigo aquí yo sola. Ayer lo pagué con la comida, me dejé dormir en el sofá y no quise saber nada más del mundo hasta el día siguiente... Cosa que no conseguí, porque me desperté una infinidad de veces -normal-.
A pesar de que hoy nos hemos enterado de que al pobretico seguramente lo van a tener que operar, hoy he podido tranquilizarme y, consecuentemente, normalizar un poco mi alimentación. No me he dado atracones ni he vomitado -cosa que por desgracia acabé haciendo ayer-. Una pequeña victoria.
Mañana nos darán los detalles de su operación, pero confiamos en que sea un procedimiento relativamente sencillo. No estamos nerviosos en realidad, sólo queremos que nos lo arreglen y nos lo dejen como nuevo.

No tengo mucho tiempo para pasarme por vuestros blogs, pero volveré pronto.
Espero que sigáis bien.
Un beso,

Noa.

3 voces:

Esther dijo...

jolin Noa!!! Con lo poquito que vengo por aquí no sé esperaba algo bueno. El crohn es muy jodido pero por suerte se puede llevar una vida más o menos normal! Muchos ánimos preciosa, espero y deseo que todo os vaya genial. Ya nos irás informando. Un beso enorme!

Amelia dijo...

Ojalá la operación pueda solucionar el tema y que todo se ponga dentro de la posible normalidad, vaya putadón.

Y a ti, cuídate mucho, anímate y ya nos dirás cómo va todo.

Un besazo grande.

Unknown dijo...

Ufff!! Que complicado, pero a relajarse, y a acompañarlo para salir lo mejor posible!!!

Saludos y suertew!!