lunes, 1 de junio de 2015

Un resumen

Yo no sé si vosotras estáis cansadas de hospital, pero yo sí. ¡Hasta el moño! Hoy es ya nuestro 23 día de ingreso -lo hago todo mayestático, pero que sepáis que los 23 días ahí ha estado la tía, como un clavo- y estamos ya deseando ver el alta. Mi novio está mejor, hace una semana le hicieron una punción para sacarle todo el pus que le había provocado la infección y lleva con una sonda saliéndole del intestino desde entonces. Ay, la punción... Sus únicas palabras al salir fueron: "sentí cómo me ensartaban vivo". Sólo de verlo cómo salió, se me caía el alma a los pies.
¡Pero ya está! Ahora el pus ha salido y él ya puede comer después de tres semanas sin probar un sólido. En dos semanas tienen programada la operación -aunque estos cirujanos ya se sabe, hoy te dicen blanco, mañana negro y pasado que ya verán- y cruzamos los dedos porque hasta el día de la operación lo puedan mandar a casa. ¡Que estoy mu' sola! Jajaja.
Y hasta aquí con el tema hospital.

- Quería daros las gracias por los comentarios en la entrada anterior. -
No fueron unos días fáciles, fui presa del agobio y de esta puñetera enfermedad que tiene que asomar la cabeza de vez en cuando. Sí os digo que desde aquel día no volví a caer, a pesar de que la situación se fue tornando cada vez a peor. Fui muy fuerte y estoy muy orgullosa de mí. ¿Dejé de darme atracones? Pues no, alguno que otro cayó, la verdad, pero pude omitir el paso más dañino -vomitar- y estoy contenta.
Ya van a hacer dos años desde que empecé a recuperarme, y parte de ese tiempo estuve acudiendo al psicólogo de la Seguridad Social. Fue decisión mía dejar de ir, porque salía con un cabreo y un vacío terribles, pero la posibilidad de volver, como dije, sigue estando encima de la mesa.
Aparte de esto, son ya casi cinco años los que llevo sufriendo trastornos de la conducta alimentaria. Conozco bien los perjuicios de la anorexia y de la bulimia, básicamente porque he sufrido ambas. Sé lo que ocurre cuando uno vomita, yo he sufrido ruptura de parte de los dientes por el desgaste de los ácidos, reflujo por culpa de tirarme muchos días vomitando, caries, me he hecho sangre en la garganta... En fin, creedme que lo sé. Me ha faltado la ruptura de esófago, y menos mal, porque era algo a lo que tenía terror cada vez que vomitaba -no es frecuente, pero oye, da susto-.
Sin embargo, el conocer los riesgos físicos que esto provoca no siempre sirve a la hora de incitar a alguien a la recuperación. En aquel tiempo, temía la ruptura de esófago, ¡y seguía haciéndolo sin parar! Cada uno tiene sus tiempos, y no estoy diciendo que quiera dejarme caer en la decadencia, pero sí darme un tiempo para reflexionar y pensar si soy capaz de llevarlo o no.
Pues eso, que muchas gracias por comentar y darme vuestra opinión, lo valoro mucho.^^

Una vez "superada" esa recaída que me dio, la cosa fue bastante bien. Empecé a ir a comer a casa de mi suegro, y comiendo acompañada me sentía mejor. Las cenas las hacía en casa, pero sin mayor problema, mi pan integral con pavo y verduras, mi yogur desnatado y tan a gusto.
Lo que sí es verdad es que me he dado más caprichitos de la cuenta: algún chocolatito de las máquinas de allí, dulces que traen al hospital... En fin, esas cosas. Sin embargo, hace unos días me dio por pesarme y -what?!- había bajado un kilo desde que empezamos con esto del hospital.
Preferiría no haber adelgazado, y que no hubiéramos tenido hospital, pero bueno, jajaja.


Hasta aquí mi entrada kilométrica. 
Me paso por vuestros próximamente, que ya voy teniendo tiempo. ^^

Besos,
Noa.

8 voces:

Esther dijo...

Es que el estrés y el no parar del hospital hacen mucho... yo me decidí a hacer el cambio después de que mi padre superara el cáncer porque me puse nerviosa y entonces me di cuenta de lo importante que es la salud y de lo mal que estamos cuando carecemos de ella... además que mi padre también está gordito y la operación se vio afectada por su peso. Tengo muchas razones para cuidarme, pero a mi también se me olvidan las cosas malas que me pueden pasar cuando me estoy zampando una pizza con una bolsa de gusanitos. Así que te comprendo cuando dices que no piensas en las consecuencias mientras estás ahí. Creo que lo importante es que eso no se vuelva un continuo! Y has demostrado que eres fuerte y lista para buscar opciones diferentes que no te lleven a ello. Un beso enorme Noa y no olvides que eres preciosaa!!!!

Amelia dijo...

Ojalá salga todo bien y podáis olvidaros del hospital de una vez.

Y tú, pues muchos ánimos y a seguir cuidándote.

Besotes

Anónimo dijo...

Hola Noa, vengo a devolverte la visita que hiciste a mi blog, como buen vecino de blogosfera que soy :P Veo que eres una chica entusiasta y vitalista a pesar de los reveses de la vida. No claudiques, cada vez serás más y más sabia. Si absorbes el dolor y lo reciclas en aprendizaje no habrá sido en vano. Un abrazo muy fuerte, cuídate mucho :)

Anónimo dijo...

Hola, Noa.
Espero que tu novio se recupere.
Noa: Tengo una pregunta, si no molestia. Yo voy poco mas de 2 meses en terapia porque fui diagnosticada con bulimia cronica; el punto es que creo que no estoy avanzando, que estoy bien porque los antidepresivos me sostienen, estoy desanimada y ultimamente como que tengo los animos abajo, para ser mas franca: nada me importa... Mi pregunta es: si tu que llevas mas tiempo en recuperacion, crees que es posible que me sane? es normal que sienta de esta forma? me das alguna esperanza...
Perdon, pero es que estoy asustada.
Gracias x leer mi comentario y deseo que te encuentres bien.
Saludos.

Noa dijo...

Desde luego, cuando la salud se complica, parece como si todo lo demás dejara instantáneamente de tener mayor importancia.
Yo sigo luchando para que esto se vaya produciendo cada vez menos, y creo conseguirlo, a pesar de ser plenamente consciente de que las recaídas son necesarias.
Gracias por comentar, bonita.
Un beso.

Noa dijo...

¡Gracias, Amelia!
Parece todo ir cada vez mejor. :D El agotamiento es difícil de ignorar a veces, pero lo vamos llevando como se puede.

Un besazo.

Noa dijo...

¡Muchas gracias por pasarte! Ya me doy por pagada, jajaja. Te agradezco mucho tus palabras, hay que "gestionar el sufrimiento", como digo yo siempre.
Otro abrazo. ;)

Noa dijo...

¡Hola, Daniela!
¿Pero cómo me va a molestar, mujer? Claro que no. El problema es que me gustaría contarte tantas cosas que igual sería mejor si pudiera dirigirme a ti en privado. A ver, que tampoco lo que yo te pueda decir vaya a ser la Biblia (de longitud puede ser, jajaja), pero si puedo ayudarte, aunque sea un poquito, lo haré encantada.

Si no, aquí te dejo un resumen:
Mira, llevas poquito tiempo de recuperación, y me encantaría poder decirte: "a partir del mes número X, vas a sentirte mejor", pero no es posible. Somos todos muy distintos, cada uno necesita un tiempo, y más que nunca, a la hora de recuperarte de un trastorno mental (al fin y al cabo, es de lo que sufrimos).

Pero, a mi parecer, lo más importante de todo es QUERER recuperarse. Y una vez tienes claro que de verdad quieres, tienes que acabar creyéndolo.

Daniela, yo si hay algo que tengo clarísimo en mi lucha por dejar atrás mi trastorno, es que esta enfermedad no va a poder conmigo. Porque tanto tú como yo somos mucho más que una bulimia, Daniela, mucho más.
Y esto te lo tienes que creer.
No es nada fácil, al principio es frustrantemente complicado, pero puedes conseguirlo. Todo está en ti.

Un abrazo fuerte, y no dudes en escribirme si necesitas hablar.