viernes, 20 de febrero de 2015

Alegría totalmente justificada

Estoy contenta *más campanas al vuelo*. Sí, y es que en dos semanas he conseguido engordar doscientos gramos. Así dicho puede parecer ridículo, pero yo -en un ataque inusitado e insólito de optimismo- entiendo que sólo haber engordado doscientos gramos, habiendo comido de todo y muchas veces sin control durante diez días, es un logro absoluto ^^.


Viendo mi progreso he visto que llevando una alimentación sana, comiendo como una persona normal, controlando un poco las cantidades e intentando entender a mi cuerpo -alimentariamente hablando- he perdido un kilo en un mes. Esto que hace unos años me hubiese parecido ridículo, tardar todo un mes en perder un mísero kilo, hoy me hace sentir súper orgullosa. Es un paso más y me gustaría seguir bajando, y, lo que es más importante: no volver a subir. Y que no pasa nada si me equivoco, porque si un día lo hago mal, siempre tengo tiempo para volver a hacerlo bien. Me gusta eso.
En serio, a lo mejor me voy a repetir un poco, pero es que es algo nuevo para mí. Cuando en aquella época perdía peso, lo hacía de una forma que era "efectiva" y más que rápida, pero que yo en el fondo sabía que era perjudicial para mí. Fue un riesgo que asumí, lo que no vi fue que las posibilidades de salir indemne de allí eran inexistentes. Pensaba que era lo único, pensaba que era lo mejor. Ahora ver que las cosas se pueden hacer bien y que efectivamente funciona, es algo que, cuando empecé el blog, no pensaba que me fuese a sorprender tanto y tan gratamente.

A todos se nos ha dicho y repetido una y otra vez que la moderación, el ejericico físico y la alimentación sana son la única forma de bajar de peso de forma saludable y de llevar una vida sana. Esto sin embargo es algo que parece ignorarse con una facilidad pasmosa cuando vemos en la portada de una revista la foto del vientre consumido de la modelo mejor cotizada del momento y un titular que asegura que podrás perder cuatro kilos en dos días si hacemos lo que ellos dicen. En un pestañeo hemos olvidado todo lo que, por nuestro bien, se nos ha intentado hacer entender por activa y por pasiva, y ahí estamos, haciendo la dieta de la alcachofa mientras babeamos con un anuncio del nuevo Magnum de chocolate blanco, con un charco que se nos han estropeado ya hasta los muebles.
Sabemos que no funciona. Sabemos que si bajamos cuatro kilos en dos días, ya sea comiendo exclusivamente manzanas o alcachofas, sopa de repollo o ayunando, acabaremos por recuperarlos al quinto y sexto día, cuando volvamos a comer como un ser humano. Entonces, ¿cuál es el sentido de nuestra insistencia en esta clase de absurdos? Es una respuesta que, yo creo, me llevaría unas siete u ocho entradas explicar con la debida reflexión. Resumiendo, desde mi punto de vista es algo que achacaría a dos cuestiones principales: una, nuestro condicionamiento social -la más evidente pero no por ello menos cierta- y dos, nuestra falta de paciencia.
Me encantaría hablar de ambas razones largo y tendido, pero podríamos morir aquí de vejez. Sencillamente recalcar que la paciencia y la constancia han de ser nuestros aliados incondicionales a la hora de bajar de peso. Los atajos puede que nos lleven allí más rápido, pero que nos dejemos cosas en el camino. Nuestra salud, por ejemplo.

No quiero cerrar sin dejar de decir que respeto a aquellos que quieran seguir esta clase de dietas o métodos. Yo suelo decir que el resto del mundo puede hacer lo que quiera con su vida siempre que a no se me imponga nada. Y lo digo con respecto a todo, a la vida en general. A mí me preocupan mis seres queridos y yo misma, más allá ya no puedo ocuparme. No obstante, y ahora sí con respecto a lo que a la alimentación se refiere, he de decir que yo pasado por casi todas las etapas: obesidad, dietas hiperprotéicas, dietas milagro, anorexia, bulimia, recuperación, etc. y que todo lo que escribo lo hago desde mi propia experiencia, reflexión y observación de cierta mayoría. Es obvio que lo que yo digo no se aplica a todo el mundo y si a alguien la dieta de la alcachofa le ha cambiado la vida para bien, me parece genial y me alegro -y en el fondo admiro también porque detesto las alcachofas y para mí es algo inconcebible, pero no viene al caso-. Yo escribo para hacerme terapia [así, tal cual leéis], para desahogarme y para organizar mis pensamientos, pero si alguno de mis textos puede ser de ayuda para alguien, sería fantástico.

Y ya me he vuelto a liar, que llevo cuarenta y cinco minutos escribiendo jajaja. Nada, tampoco voy a hacer mucha gala de vida saludable porque de actividad física la verdad que estoy bastante parada. Mi espalda la noto que va a mejor, pero me da todavía miedito coger la bici. 
A ver si escribo un poquito en fin de semana también, ¡para variar un poco! Sí que es verdad que es uno de mis rinconcitos de caos y que me gustan esos días de no pensar en nada, sólo pasarlo bien. Pero a veces eso me lo tomo demasiado a pecho, jajaja.

Besos para quienes me leéis. Y para los que no también (?).

5 voces:

Alicia Aprendiendo dijo...

El equilibrio ayuda.

Comes bien, te mueves un poco, estas mejor de ánimo... Suma para estar bien y las 3 cosas las decides tú!

Eres responsable de tu alimentación, pero hacer pequeños excesos no es " diabólico " ( un dulce, una cerveza, 2porciones de pizza...) ayudan a sonreír y socializar con los demás.

Hacer ejercicio libera hormonas de la felicidad.

Ser feliz es una opción, se lucha día a día, no se espera a ver como llega la felicidad.

Hoy es el día, Noa.
No vale el ayer y el futuro, solo HOY.

Mil besos

Esther dijo...

Siempre he sido partidaria de que cada uno haga lo que le haga feliz y le sirva. Por ejemplo yo sigo una dieta súper criticada y que supuestamente me va a matar o vete a saber tú cuantas mil cosas más. Es muy probable que a muchísima gente le fuera fatal, en cambio yo llevo 16k perdidos y estoy aprendiendo tantísimo de mi y de mi alimentación, de mis posibilidades, de mis fracasos y mis límites. Algo que nunca había aprendido hasta ahora intentando mil y una dietas y pasando por trastornos alimentarios que sólo servían para autodestruirme.
Si tu eres feliz así, si te va bien y te sientes a gusto contigo misma adelante! Te diría lo mismo si estuvieras siguiendo la de la alcachofa o la del chocolate! Un abrazo enorme y feliz finde!

Noa dijo...

Pues eso, tú lo has dicho. No vamos a quedarnos el pasado, pero yo soy mucho de reflexionar y pensar en lo pasado, porque en alguno de mis errores puede que estén las soluciones de los problemas que puedan planteárseme en algún momento de mi vida. O no, pero por si acaso jajaja.
Hay que aprender de uno mismo. ^^
Un beso, gracias por pasar guapa.

Noa dijo...

Al final de todo eso es lo importante, aprender y conocerse. Espero que te siga yendo bien con tu dieta guapa, pero por ejemplo para mí sería imposible volver a esa clase de restricciones. Estoy segura que muchas personas habrán conseguido acabar la Dukan con resultado satisfactorio, sin consecuencias para su salud y sin recuperar lo perdido, pero yo sé que yo, particular y personalmente, no puedo hacerla, que ya he probado (¡qué no habré probado yo! Jajaja).
Como dije en la entrada, yo respeto a todo el mundo e intento entender, pero muchas veces no puedo compartir (como es lógico, si tuviera que compartir los pensamientos de todo el mundo estaría yo buena jajaja).
Besos.

Poli dijo...

Como tu, yo no creo en esa clase de "milagros" para bajar de peso, y pienso que la constancia es lo mejor que hay, me encanto tu blog y seguiré leyendote con muchas ganas! Te mando un beso preciosa