martes, 24 de febrero de 2015

Drama

Drama: mi báscula ha muerto. Ayer, al moverla, empezó a marcar números al azar. Dije uhm, qué raro. Me subí y mis temores se confirmaron: marcaba exactamente 2402kg. Así, tal cual, lo que es sentirse como una ballena literalmente al subirte a la báscula jajaja. Como creo que no me he pasado tanto el fin de semana como para haber engordado dos toneladas y como la pila se la cambié hace escasas dos semanas, he llegado a la brillante conclusión de que está rota -bravo-. Tengo plan de ir al Carrefour a comprarme otra, y ya aprovecho a darme un paseíto, que entre ida y vuelta es más de una hora de paseo. Ahora, veinte euros por lo menos que me tengo que dejar en una báscula más o menos decente... Así es la vida del pobre, sufrir tanto por veinte euros jajaja. 

Drama II: el jueves mi novio da un concierto y me están presionando, entre él y mi madre, para que salga yo también a tocar. Que me da miedo la gente, familia, ¡que no os enteráis! Siendo serios, me lo estoy planteando: igual es un buen reto para mí, a ver si me libro ya de esta vergüenza patológica que me acecha desde niña. Sigo indecisa igualmente, que tengo que cantar y todo, ¿eh? Son palabras mayores. Además han hecho un evento en Facebook y van ya como treinta personas -drama drama drama-. Voy a ensayar un poco y a grabarme, según el grado de horror que me produzca tomaré una decisión y mañana os cuento. Si me hago famosa prometo no olvidarme de vosotras (?).

Drama III: o no tan drama, pero por seguir con la estética de la entrada y tal. Ayer me pasé un poco comiendo inconscientemente: a la cena (crema de verduras y trozo de pan) añadí una lata de atún, uno de los alimentos que han empezado a agradarme recientemente y que será de los pocos cuya cantidad de calorías desconocía -en su momento me aprendí las cantidades de casi todos los alimentos que me rodeaban, sabiduría curiosa la mía-. Aparte de esto, almorzamos pasta con pesto de aguacate, ya que se lo había prometido a mi gordi. En fin, no es que me haya pasado en cantidad pero sí me he extralimitado igual en la elección de las comidas. El jueves además viene mi madre para el concierto, lo que significa salir a comer fuera one more time. No sé si pasar el día de peso al jueves, aunque esta semana va a ser más confuso con la báscula nueva y tal. Cuánta indecisión, cuánta.


No tengo mucho más que decir más que estoy escuchando al señor Rajoy ahora mismo hablar de España y me desconcierta porque parece que vivimos en países distintos. Es tal la indignación que me corroe en este instante, que voy a dejar de escribir porque se me empiezan a agolpar los pensamientos ofensivos y ya mismo empiezo a despotricar. Y no: porque ahora te persigue la Guardia Civil si insultas a gente gratuitamente como a mí me gusta. :(

A cuidarse.
Besos

2 voces:

Anónimo dijo...

Linda, te hablo desde la experiencia: déjate de penas y vergüenzas y sal a tocar. Incluso si lo haces mal. ¿Por qué? Porque no hay nada, óyeme bien, nada que te aleje más de tus metas que el miedo y esto aplica para todas las áreas de tu vida.

Yo tengo algunos añitos más que tu y mis miedos empezaron a tu edad y yo no me di cuenta. Empezaron como pequeñas vergüenzas y después se instalaron en todas las áreas de mi vida y ya no pude removerlos. Si dejas que esto suceda verás desfilar frente a ti excelentes oportunidades laborales que dejas pasar (me sucedió), gente con la que quisieras guardar contacto y no puedes (me sucedió), excelentes ideas que no ejecutas y otro sí lo hice y resultó que sí eran buenas ideas (también me sucedió) y la lista continúa. Todavía estás a tiempo. Ensaya mucho y canta, eso te dará seguridad.

Ánimo.

Mavi

Esther dijo...

Me pasa lo mismo Brisiiii. Cada vez me doy cuenta de que nos parecemos más. jajaja. Pues tarde o temprano todo el mundo descubre que me gusta cantar y siempre les surge la curiosidad de escucharme. Cuando alguien me pide que cante muero rotundamente. Me cuesta la vida arrancar y no me gusta nada! Me da miedo hacerlo mal y me muero de vergüenza. Ya ni te digo subir a un escenario y ser el centro de atención... Pero alguna que otra vez lo he hecho, solo por probarme a mí misma y para decirme que cuando quiero puedo. El pánico escénico se aplica para todo en mi caso, incluso para leer delante de la clase... y teniendo en cuenta que voy a ser maestra de infantil, tengo que quitarme esos miedos y eso es lo que me motiva a ir perdiendo las inseguridades. Lo que más insegura me hacía sentir era mi peso y como eso está cambiando, creo que cada vez me siento más fuerte... así que sal ahí y dalo todo, pásalo genial con tu chico y que los demás piensen lo que quieran!!