viernes, 27 de febrero de 2015

Jueves de concierto

Novedades, sí, vengo con novedades. Primera number one: me he comprado una báscula nueva. Es muy graciosa, tiene en las huellas de los pies dos chanclas dibujadas, de operación bikini total jajaja. ¿Y qué hicimos al llegar a casa mi mamá y yo con la báscula nueva? Pues ir al baño corriendo, desnudarnos y pesarnos, por supuesto. Según mi nueva amiga la de las chanclas, he bajado de peso -viva, viva, viva-. Me ponía 80kg. clavados, incluso por un momento volví a ver el siete -¡qué nostalgia!-, pero se quedó clavada en los ochenta, maldita sea. Claro, el problema también está en que al ser una báscula nueva, a saber si coincide con la que tenía antes... Mi mamá se pesó también, comparó con la que tiene ella en su casa y dice que es más o menos exacto. Mejor, así sigo estando contenta, que ya mismo dejo de ver 8... y espero que para siempre. Además me pesé como a las seis de la tarde, estaba hinchada de que habíamos comido mucho así que quién sabe, ¡igual era menos y todo! ¿Pero qué quiere decir todo esto? Que ya he completado el primer paso, que eran ver los 80 o bajar de ahí, hacia mi meta.

Y una vez dadas las buenas nuevas, vamos a hablar del día de ayer y de las consecuencias. Como os comenté ya, vino mi mamá de visita a Granada para ver a mi chati tocar, así que echamos el día juntas. Ella en su casa no tiene horno, por lo que queríamos hacer algo para aprovechar que aquí sí que tenemos, ¿y qué se le ocurrió? Tarta de hojaldre. Bueno, a eso aquí se le llama empanada -en Argentina para nosotros eso es una tarta, lo dulce es una torta, en serio, jajaja-. Hicimos media rellena de jamón york, tomate, huevo duro y maíz; y otra media de espinacas con cebollita, requesón y huevo. Estaban para morir de buenas, tanto, que nos hinchamos a más no poder. Visita de la mamá, no vamos a hacer pavo a la plancha, ¿verdad? Hasta ahí bien.
Al volver de trabajar, mi novio, queriendo tener un detalle con la suegra, trajo una bandejita de dulces y tartas de manzana -la madre que lo trajo-. Por lo que ahí cayó un trocito pequeño de cada cosa para merendar y calentar para el concierto. Bueno, para una vez que nos vamos de concierto y echar la tarde, además que ya sabíamos que no íbamos a tener tiempo de cenar así que... Vale, bien también.
Nos vamos al bar donde era el concierto. Acomodamos todo, micrófono, amplificadores, afinamos guitarra y en un descuido, mi novio se llevó por delante el cable del micrófono y rompío la clavija, que quedó dentro del ampli. Bien, ya no hay micrófono. El pobretico tuvo que cantar a pelo, no quiso ni amplificar la guitarra porque no se le escucharía la voz... Menos mal que el bar era súper chico y al final se escuchó bastante bien.
Nosotros una vez allí nos animamos, saludando aquí y allá, brindando, nos invitaban a cerveza, chupitos... En fin, que cayeron cuatro tercios de cerveza y dos chupitos. Sin cenar, yo iba con un pedete interesante e iba con mi madre, jajaja. Fue muy cómico todo, pero la verdad es que mi chati  lo hizo genial y yo acabé haciéndole los coros, que me sé ya sus canciones mejor que nadie. Era un ambiente muy familiar y la verdad que lo pasamos estupendamente. ¿Que me pasé con la cerveza? Sí, además cuatro tercios, si es que soy una camionera jajaja. Pero ¿y lo bien que lo pasamos? Eso no tiene precio -ni con mastercard ni nada-. ¡Ah! Y yo al final me rajé y no toqué, jajaja. Y mira que me lo dijeron, pero había demasiada gente y me pudo la presión. Canté como os dije en los coros, pero ya está. ¡Soy una cagá!

Consecuencias de ayer: no, no me he pesado, pero lo que sí he hecho ha sido en tres horas correr unas cinco veces al baño. Mi cuerpo reacciona así cuando un día lo atiborro a porquerías y alcohol, no me preguntéis por qué. Diréis: será resaca, pero qué va, mi reacción a cuando bebo alcohol y como normal es otra: malestar general y dolor de cabeza, que ya me conozco jajaja. La cuestión es que estoy malita, y el menú de hoy va a pasar a ser pavo a la plancha con arroz blanco.

Y ya hasta aquí mi entrada de hoy. Ayer me excedí una vez más, pero me lo pasé como no me lo había pasado en mucho tiempo, así que no hay nada de qué arrepentirse, ni aún estando hoy mala. 
Conclusión: a seguir adelante y a disfrutar cuando tenemos ocasión, que no estamos para sufrir por la comida, sino para vivir.

Un beso.

1 voces:

Esther dijo...

Hola bonitaaa!! Me alegro de que te lo pasaras bomba en el concierto y con tu mami! Hay momentos en que la vida social te obliga a tener que salir fuera de la burbuja y pasarte...es normal!! Disfruta esos días que son los poquitos y luego hay muchos más para hacer vida sana. Un besotee!